domingo, 12 de julio de 2015

SOLEDADES EN LAS TARDES DE OTOÑO

Yo te buscaba en la belleza de los días antiguos,
ya cantara en la luz el celeste verano
o el invierno apacible nos reuniera en la casa.
Te preguntaba de qué era lo esperanza,
qué prodigiosa mano la gobernaba,
qué fuego valeroso la sustentaba en esos días de otro tiempo.
Cruzábamos el mundo como si una fiesta nos llamara
y esperábamos la llegada de la felicidad y de las rosas.
Los nuestros florecían en el tiempo dichoso
y un lejano fulgor nos protegía el cielo.
¡Amor, amor, los días de recordar han llegado
!Mayo venía entonces con su hermosa tristeza
noble sobre la frente de los nuestros.
¡Qué distinto el otoño de los días muertos!
El tiempo del amor había llegado
y un ordenado mundo nos venía del fuego.
¡Amor, amor, está lloviendo en las tardes de otro tiempo!
Y septiembre también, apoyado por las rosas...
cuando el buen tiempo vino de los campos alegres
y la esperanza quiso tener nombres sin derrotas.
Entonces mi alma se parecía a esa esperanza
y en el fuego de todos mi corazón ardía.
Mira ahora, amor mío, la fuente rota y ese rey deshojado.
¿Sabes quién soy, amor, en tu viejo jardín?
La flor del otoño se duerme en tu mirada
y hablan las lluvias,ya, de tu antigua belleza.
Amor, amor, ¿qué buscas por el jardín vencido?
Los días mayores han llegado
y hay que saber morir cuando las hojas lo anuncien.
¿Dónde buscarás su voz en el reino venidero del llanto?
¿Dónde buscarás su gracia que los espejos abolieron?
Amor, amor, los últimos ángeles cantan en la luz de las ruinas
y los muertos de mi corazón te llaman en el otoño.

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