domingo, 12 de julio de 2015

ELEGÍA


Así me gusto verte oscura llama
con cielo gris sobre lo despedida;
con lluvia lento y desgajado romo.
  
Así me gusto verte ¡oh luz perdida!
uno flor en lo alto y caminando
sobre los grises ramos de lo vida.
  
Y así me gusta verte abandonando
lo rubia rosa a la paloma inerte,
lo roso ardiente al caminar llorando.
  
Lágrima, Otoño. Así me gusto verte
pasando lento sobre los helados
y profundos caminos de la muerte.

Aquella cruz, el cielo descuidado
la oscura ruino dando cielo y rosos,
la voz hundido de los olvidados,

el nombre que ya fue, (o vaporoso
palabra convertido en tierra duro
y alguna vez, volando, mariposas.

Solo te encuentro aquí, posando puro
con ciegas flores y lo voz dormida.
Solo te quiero aquí en lo tierra oscura
doloroso entre flores destruidas.

¡Oh cercado de lluvias y azucenas!
¡Soledad de ángel triste y piano lento!
No me abandones en la luz serena.

Entregado a tus cielos cenicientos
déjame atravesar tu sueño triste
con rama gris y retorcido viento.

Con esto voz que alguno vez quisiste
déjame que me pierda y que te llame,
con esto voz iluminada y triste.

Donde se olvida, el quieto sueño aclame
en silenciosas aguas sin orillas.
Donde se olvida duerma y no fe llame.

Pero entre viento y llamas amarillos
déjame destruirme iluminado
ante tu flor oscura de rodillos.


Déjame ir por el abandonado
recuerdo tuyo de encendidos días;
grises coronas, lirios olvidados.

Entre albas de ausencia y flores frías
déjame con la voz que nos rodeaba,
con la voz tuya tristemente mía.

Cuando en la luz del ángel te entregabas,
cuando era la rosa y la encendiste,
cuando yo por tu sueño caminaba,

cuando yo te quería y me quisiste,
cuando ahora te pierdo y aún te quiero
con esta voz iluminada y triste.

 ¡Oh soledad! oh reino verdadero
de dolor pensativo y desventura,
quémame el alma mía donde muero
con el silencio de la rosa oscura!



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