lunes, 13 de julio de 2015

SEÑORA DE UN JARDÍN


Te vi vestida como si vinieras
desde la oscura sombra.
En la errante ventana
mis ojos retenían el aire, las plumas que caían.
Miraba las dos caras del mar y de la tierra
y la de aquella sombra que llamamos luna.

Te vi vestida como si llegaros
con un ramo de agua y sin olvido,
como si desnudaras con tu paso
la fría piel del sol cuando es de noche.

Y la memoria me pregunta siempre.
Y yo repito o lo brillante arena:
Lo vi vestida como si viniera
desde otra oscura sombra,
sí,

vestida por dentro.

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