Te vi vestida como si vinieras
desde la oscura sombra.
En la errante ventana
mis ojos retenían el aire, las plumas que caían.
Miraba las dos caras del mar y de la tierra
y la de aquella sombra que llamamos luna.
Te vi vestida como si llegaros
con un ramo de agua y sin olvido,
como si desnudaras con tu paso
la fría piel del sol cuando es de noche.
Y la memoria me pregunta siempre.
Y yo repito o lo brillante arena:
Lo vi vestida como si viniera
desde otra oscura sombra,
sí,
vestida por dentro.
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